2/8/08

TEORÍAS SOBRE EL ORIGEN Y LA ADQUISICIÓN DEL LENGUAJE

“En los comienzos del lenguaje, el hecho de poder dar
nombre a las cosas, de poseerlas por medio de la voz,
debió tener para el hombre un encanto maravilloso y en
alguna forma oculto. El mundo comenzó a ser dominado
en virtud de la palabra.
Es revelador que en las viejas historias existan palabras
mágicas que abren puertas, destruyen obstáculos, rinden
voluntades y cuyo secreto no se explica jamás. El prestigio
ancestral de la palabra revive ante las voces extrañas, como
si su particular sonido abriera puertas cerradas en el alma.”

CIRO ALEGRÍA

Sobre el origen...

¿Cuándo surgió el lenguaje? ¿Cuáles fueron las primeras palabras que dijo el hombre? ¿Cuál es la lengua hablada más antigua del mundo? ¿Todas las lenguas se desarrollaron desde una fuente común? ¿Cómo se formaron las primeras palabras? ¿Qué lengua se hablaba en el Paraíso?

Son múltiples los interrogantes sobre el origen del lenguaje y las explicaciones sobre la manera como él surgió. Preguntas que generan inquietud y fascinación, interrogantes que han dado lugar a experimentos y a fuertes controversias cuya historia se remonta 3.500 años atrás.

Durante el siglo XIX, las controversias sobre el origen del lenguaje llegaron a tal punto que en 1866 la Sociedad Lingüística de París se vio obligada a suspender cualquier debate sobre esta cuestión.

Lo cierto es que no poseemos un conocimiento directo sobre los orígenes y el desarrollo inicial del lenguaje. No existe actualmente una hipótesis que pueda considerarse una explicación definitiva sobre el origen del lenguaje humano.

Para algunos investigadores, el lenguaje sería un fenómeno relativamente reciente surgido hace tan solo 30.000 años; para otros, por el contrario, la capacidad simbólica debe retrotraerse hasta 2 o 3 millones de años.

“Desde el punto de vista filogénico y evolutivo, el principal problema es que no existen órganos específicos del lenguaje, de modo que no puede estudiarse cómo han ido evolucionando. Todos los elementos y factores morfológicos y fisiológicos que entran en juego en el lenguaje tienen ya una función biológica distinta: los labios, la lengua, la garganta (incluyendo las cuerdas vocales, que no tienen de suyo función lingüística, sino fonética), los pulmones y el encéfalo. Sabemos que el lenguaje se encuentra vinculado con el encéfalo, es decir, con la corteza cerebral adaptativa. Una lesión en determinadas zonas del encéfalo impide el desarrollo del lenguaje. Pero, aunque hay una vinculación del lenguaje con la corteza adaptativa, la mera existencia de esa corteza no implica la existencia de habla: si el niño no vive en un medio lingüístico, no aprenderá a hablar. Por esto, aunque es cierto que el lenguaje surge en el cerebro humano, por otra parte, el cerebro llega a ser humano, a conformarse de modo humano, precisamente mediante el lenguaje o, en términos más generales, por la cultura y la educación.”[1]

Sobre la adquisición...

“El mundo era tan reciente que muchas cosas
carecían de nombre, y para mencionarlas
había que señalarlas con el dedo”
G. García Márquez, Cien años de soledad.

Al igual que el origen, la adquisición del lenguaje es un tema que ha concentrado la atención de todas las culturas. Filósofos, lingüistas y psicólogos, basados en distintas consideraciones y criterios, han formulado teorías que pretenden explicar la ontogenia del lenguaje.

Las primeras teorías filosóficas sobre el lenguaje adoptaron una perspectiva NATURALISTA, es decir, sostenían la existencia de una relación natural entre los objetos y sus nombres. Las palabras serían, en cierto modo, imitaciones de las cosas (teoría sostenida por Pitágoras y por los estoicos).

Otras teorías, dominantes durante muchos siglos, tuvieron un marcado acento EMPIRISTA: el lenguaje surgiría de las imitaciones que las personas llevaban a cabo de los sonidos del ambiente (las voces de los animales, los sonidos provocados por las reacciones instintivas y emocionales, sonidos producidos espontáneamente por las personas como reacción a los estímulos externos, etc.).

Una grave dificultad de estas últimas teorías es la suposición de que ha habido una evolución en el lenguaje humano, desde el lenguaje icónico al dígito.[2] Si fuera así, debería haber unos idiomas más evolucionados que otros. En realidad, no existen idiomas más complejos o difíciles de aprender que otros : un niño tarda el mismo tiempo en aprender cualquiera de los idiomas existentes si se encuentra inmerso en esa comunidad lingüística.

Además, estas teorías tampoco son capaces de explicar la dimensión sintáctica del lenguaje, es decir, la existencia de unas leyes que rigen el uso del lenguaje. Este es el problema más complejo a la hora de abordar el tema del origen del lenguaje.

Por último, está la teoría sostenida por N. Chomsky y por el estructuralismo contemporáneo, teoría de carácter RACIONALISTA. Para esta teoría, existen unos universales lingüísticos innatos y unas estructuras básicas que aparecen de golpe. Chomsky afirma que “la adquisición de la lengua es en gran parte asunto de maduración de una capacidad lingüística innata, maduración que es guiada por factores internos, por una forma de lenguaje innata que se agudiza, diferencia y alcanza una realización específica a través de la experiencia.”

Sinteticemos en tres los argumentos de esta teoría:
1. El niño aprende su lengua nativa con extraordinaria facilidad y rapidez, y emite y comprende, de manera ilimitada, mensajes que nunca antes había escuchado.
2. Existe en el niño, por lo tanto, una “gramática interiorizada”, una estructura profunda que lo habilita para hacer un uso creativo del lenguaje.
3. Esto explica la existencia de unos universales lingüísticos [3], comunes a todas las lenguas.

Esta teoría ha sido ampliamente discutida. Las críticas filosóficas, psicolingüísticas y estrictamente lingüísticas se han producido en estrecha relación, tanto que en ocasiones es difícil distinguir unas de otras. ¿Con qué puede compararse el aprendizaje del lenguaje para considerarlo fácil y rápido? ¿Es la experiencia lingüística del niño tan pobre y escasa como Chomsky pretende? ¿Realmente la adquisición del lenguaje constituye un modo específico de aprendizaje distinguible de los demás y con requisitos propios? ¿Existen los universales lingüísticos? Pero el asunto capital lo concentra el siguiente interrogante: ¿Se puede confirmar empíricamente el modelo chomskiano de adquisición del lenguaje?

En “los procesos de la Comunicación y del lenguaje”, Niño Rojas (1998 :19 - 22) agrupa en tres las más importantes teorías sobre la adquisición del lenguaje: teorías AMBIENTALISTAS, NATIVISTAS Y COGNITIVISTAS.

1. TEORÍAS AMBIENTALISTAS:
Estas teorías consideran decisivos los factores externos provenientes del entorno y del medio social. Se distinguen dos posiciones: la de los lingüistas (Saussure y el estructuralismo) y la de los psicólogos (Skinner).

Tengamos en cuenta que Saussure consideraba la lengua como la parte social del lenguaje y que, por lo tanto, el niño la iba asimilando poco a poco, como una apropiación de algo procedente del exterior. Skinner, el más notable de los psicólogos conductistas, trató de explicar la adquisición del lenguaje como un mecanismo basado en contingencias de refuerzo que operan sobre el sujeto para propiciar respuestas positivas. Obviamente cabe señalar contra el conductismo que la adquisición del lenguaje no es sólo producto de un mecanismo de estímulo - respuesta.

2. TEORÍAS NATIVISTAS:
O teorías innatistas. Estas teorías dan primacía a los factores internos al sujeto, mentales o biológicos.

Suponen estas teorías que los niños nacen con una capacidad innata de desarrollar el lenguaje (en éstas se inscribiría la teoría racionalista de Chomsky, mencionada anteriormente).

3. TEORÍAS COGNITIVISTAS:
Tanto las teorías ambientalistas como las nativistas le dan una especial primacía al desarrollo lingüístico frente al cognitivo, al lenguaje frente al pensamiento.

Por el contrario, las teorías cognitivistas le otorgan la primacía al desarrollo de lo cognitivo, subordinan el lenguaje al pensamiento. La explicación cognitivista de mayor trascendencia corresponde a la posición de Jean Piaget. Pero también son importantes las teorías de Lev Vygotsky y Jerome Bruner.

Para Piaget, la función simbólica o semiótica [4] está en los orígenes del lenguaje en el niño y se desarrolla previamente al fenómeno lingüístico. Los juegos simbólicos, la imagen gráfica y la imitación diferida son ejemplos donde lo lingüístico pasa a ser parte de una capacidad más amplia, la función simbólica. Según este autor, la inteligencia es anterior al lenguaje, el cual, una vez adquirido, va a servir a lo cognitivo.

Otra tesis típica de Piaget, vinculada con la evolución del lenguaje infantil, es la distinción entre un lenguaje egocéntrico y un lenguaje socializado.

El lenguaje egocéntrico, que cubre el 75% de la producción hasta los tres años, va disminuyendo y tiende a un descenso total después de los siente años, para dar paso al lenguaje socializado.

La actitud egocéntrica supone que el niño hasta el período preoperacional (2 a 7 años) es poco sensible a la función comunicativa del lenguaje, que prescinde de su interlocutor y que más bien habla para sí mismo. Piaget ha señalado tres tipos de utilizaciones egocéntricas: las repeticiones ecolálicas, los monólogos y los monólogos colectivos.

Esta tesis, que Piaget expuso en una de sus primeras obras (El lenguaje y el pensamiento en el niño, 1923), recibió pocos años después una importante crítica por parte de Vygotsky. La posición de Vygotsky es que no tiene sentido distinguir entre un lenguaje egocéntrico y un lenguaje socializado posterior, porque tanto en el niño como en el adulto la función primaria del lenguaje es la comunicación, el contacto social, y en este sentido, las formas más primitivas del lenguaje infantil son también sociales. El discurso egocéntrico aparece cuando el niño transfiere las formas propias del comportamiento social al ámbito de sus funciones psíquicas internas. Así pues, la línea de desarrollo no sería desde el lenguaje individual al social, sino desde el lenguaje social al lenguaje individual.

Vygotsky, además, dio un mayor margen de independencia a la relación lenguaje y pensamiento, ya que, según él, ambos proceden de raíces genéticas diferentes. De esta manera, el lenguaje verbal humano sería el resultado de dos raíces distintas, una natural y otra sociocultural. Vygotsky demostró que el niño en su primera infancia construye en su interacción con el medio físico esquemas representativos, y en su interacción con el medio social, esquemas comunicativos. El lenguaje propiamente dicho resulta de la fusión de estas dos líneas de desarrollo, y en el proceso de interiorización, el lenguaje toma el control de las facultades mentales del hombre para convertirse en pensamiento. [5]

Jerome Bruner, a su vez, considera indisoluble el desarrollo de lo lingüístico y de lo cognitivo. No le otorga importancia a cuál fue primero, puesto que prefiere considerarlos como dos procesos simultáneos, coincidentes.

Para Bruner, es imposible hablar de un desarrollo cognitivo disociado del desarrollo del lenguaje, así como tampoco es posible disociar el lenguaje de la influencia que sobre él ejerce el medio.

Sin lugar a dudas, podemos concluir que la adquisición del lenguaje involucra diversos factores. Las destrezas de imitación, un mecanismo general de aprendizaje y los aspectos cognitivos desempeñan un papel determinante en el curso de esta adquisición. Estudios de psicolingüística y de psicología evolutiva realizados en las dos últimas décadas demuestran que la adquisición del lenguaje no sólo requiere bases cognitivas sino sobre todo situaciones comunicativas. Naturalmente, quedan abiertos muchos interrogantes sobre un tema que aún continúa siendo objeto de investigación.

ESTADIOS DE DESARROLLO, SEGÚN PIAGET



EJERCICIO:

Elabore un mapa conceptual sobre las Teorías del Origen del Lenguaje, para que des tus aportes en clase.

ELISABETH.

[1] Francisco Conesa y Jaime Nubiola, “Filosofía del lenguaje”, Barcelona, Herder, 1999, p. 29.
[2] Recordemos que un sistema de comunicación es icónico si la relación entre el mensaje y la señal es simple y directa. Cada signo representa uno solo y siempre el mismo mensaje: el grito de dolor, el llanto, etc. pertenecen al lenguaje icónico. Este lenguaje es común a hombres y a animales y en ambos casos tiene raíces instintivas y transmisión biológica. El lenguaje propiamente humano es dígito. Un sistema de comunicación es dígito si los mensajes se construyen a partir de elementos diversos entre sí, las relaciones entre signos y mensajes son arbitrarias, convencionales. En el ser humano, además de un lenguaje dígito hay también un lenguaje icónico.

[3] En su obra The problem of Universals in Language, Charles Hockett suministra una variada lista. Menciona, por ejemplo, como en todas las lenguas existen los nombres propios, un elemento para denotar al sujeto que habla y otro que denota al sujeto al cual se habla, elementos cuya denotación depende del contexto extralingüístico (ahora, aquí), etc.
[4] Dice Piaget (1974 :114) : “Existe una función simbólica más amplia que el lenguaje y que incluye, además de los signos verbales, los símbolos en sentido estricto”.
[5] Para mayor información sobre este tema, ver VYGOTSKY, L. S. Pensamiento y lenguaje. Buenos Aires : La pléyade, 1977.



tomado de : http://huitoto.udea.edu.co/LenguaMaterna

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